Departamento de Cultura y Política Lingüística

La Ribera: el silencio de la piedra

Tafalla

Tafalla, centro económico de la merindad de Olite, está situada a orillas del río Cidacos en medio de una extensa huerta y campos de cereal y vid. Esta localidad marca el inicio de Ribera de Navarra, al pie de las últimas estribaciones pirenaicas.

Desde el siglo XII hasta mediados del XIV Tafalla vivió una época de expansión truncada por la Peste Negra. Para paliar los efectos de la crisis, Carlos III la declaró buena villa en 1.423, elevando a todos sus habitantes a la condición de francos. Por estas fechas se construyó un palacio real, réplica del de Olite, cuyos restos desaparecieron a finales del siglo pasado. En el núcleo de población se distingue claramente el casco antiguo de traza medieval, situado en la parte alta entre las dos iglesias principales, y los ensanches posteriores. La plaza nueva, edificada entre 1856 y 1859, constituye el centro comercial y administrativo de la ciudad. También se pueden visitar la Iglesia de Santa María y la de San Pedro. En la primera, en la Iglesia de Santa María, destacan el retablo mayor y el sagrario de Juan de Antxieta, la sillería del coro, que data de 1760 y la milagrosa e inacabada imagen de San Sebastián, patrón de la ciudad, realizado en piedra policromada del siglo XV. La Iglesia de San Pedro, la más antigua de Tafalla, fue construida en 1157.