Departamento de Cultura y Política Lingüística

La Ribera: el silencio de la piedra

Carcastillo

El Monasterio de Nuestra Señora de la Oliva es uno de los mejores ejemplos del estilo cisterciense. Toda su arquitectura responde al ideal cisterciense de austeridad y serenidad. La iglesia ojival, con tres naves y transepto de finales del siglo XII, está desprovista de ornamentación si exceptuamos tres sencillos motivos vegetales en los capiteles. La impresión de profundidad se debe a su gran longitud, 75 metros, y a la pureza de sus líneas. En su fachada, un elegante pórtico y dos rosetones. Fue remodelada en el siglo XIV. El claustro, de un gótico mucho más tardío (siglos XIV y XV), más ligero, contrasta con el rigor de una sala capitular del siglo XIII, cuyas bóvedas se apoyan en cuatro capiteles románticos. En su arquitectura también sobresale la gran sala de novicios o biblioteca y la portada del siglo XIV.

Galería fotográfica: